martes, 8 de noviembre de 2011

Ivan Illich: curriculum oculto

Para poder ver claramente las disyuntivas a que nos enfrentamos, debemos primero distinguir entre el aprendizaje y la escolaridad, lo cual significa separar el objetivo humanístico del maestro del impacto de la estructura invariante de la escuela. Esa estructura oculta constituye una forma de instrucción  que el maestro o el consejo de la escuela nunca llegan a controlar.  Transmite indeleblemente el mensaje de que sólo a través de la escuela podrá el individuo  prepararse para la vida adulta en la sociedad, que lo que no se enseña en la escuela carece de valor, y que lo que se aprende fuera de la escuela no vale la pena aprenderlo. Yo lo llamo el curriculum oculto de la escolaridad porque constituye el marco inalterable del sistema, dentro del cual se hacen todos los cambios en el curriculum.
El curriculum oculto siempre es el mismo, cualquiera que sea la escuela o el lugar. Obliga a todos los niños de cierta edad a congregarse en grupos de alrededor de treinta, bajo la autoridad de un maestro autorizado, durante quinientas, mil o más horas al año. No importa si el curriculum esté diseñado para enseñar los principios del fascismo, el liberalismo, el catolicismo, el socialismo, o la liberación, mientras las institución reclame la autoridad de definir cuáles actividades son las que considera “educación” legítima. No importa si el propósito de la escuela es producir ciudadanos soviéticos o norteamericanos, mecánicos, o doctores mientras no se pueda ser un ciudadano o doctor si no se ha graduado. No importa si todas las reuniones ocurren en el mismo lugar mientras se consideren una asistencia: cortar caña es trabajo para los cañeros, corrección para los prisioneros, y parte del curriculum para los estudiantes.
Lo que importa en el currículum oculto es que los estudiantes aprendan  que la educación es valiosa cuando se adquiere en la escuela a través de un proceso graduado del consumo; que el grado de éxito de que disfrutará el individuo en sociedad depende de la cantidad de conocimientos que consume; y que los conocimientos sobre el mundo son más valiosos que los conocimientos adquiridos del mundo. La imposición de este curriculum oculto dentro de un programa educativo distingue la escolarización de otras formas de educación planeada. Todos los sistemas escolares del mundo tienen características comunes en relación a su producto institucional, y éstos son el resultado del curriculum oculto común de todas las escuelas.
Debe entenderse claramente que el currículum oculto de las escuelas traduce la enseñanza de una actividad en una mercancía cuyo mercado se monopoliza por la escuela. El nombre que ahora damos a esta mercancía es “educación”, producto cuantificado y acumulativo de unan institución profesionalmente diseñada denominada escuela, cuyo valor puede medirse por la duración y lo costoso de la aplicación de un proceso (el curriculum oculto) al estudiante. El graduado de una universidad locuaz y el que recibe un título de una universidad famosa podrán haber adquirido 135 créditos en cuatro años, pero están totalmente conscientes del valor diferencial de su acervo de conocimiento.

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